Énfasis:
Si usted se considera experto en este tema le recomiendo no seguir leyendo este blog para evitar ofensas.
Los seres humanos sentimos una atracción hacia lo paranormal que roza lo adictivo. Quizá es porque resulta tranquilizador conocer historias ligadas al más allá ya que nos permiten afrontar el miedo a morir algún día. A fin de cuentas, esa es la única certeza de nuestra existencia.
Tal vez al ser humano le apasiona leer teorías conspiratorias sobre abducciones, avistamientos o señales de vida extraterrestre porque así mantenemos nuestra curiosidad en efervescencia. Puede que nos hayamos apropiado de doctrinas tan antiguas como la propia religión en un ejercicio de disidencia hacia lo convencional, como ocurre con la wicca, la astrología o la magia blanca. Independientemente de motivo en cuestión, hay algo que es evidente: todos estos supuestos fenómenos se alejan de las capacidades humanas y de las leyes científicas empíricamente demostradas.